Manuel Antelo vuelve a invertir en la Argentina: "Milei dio en la tecla: el problema del país es la casta" 1p4i2l
El empresario se fue del país en 2002. Después de "una noche muy, muy larga", ahora está "muy optimista" con el rumbo económico. Hará inversiones de u$s 200 millones en autos, retail, real estate y logística. Por qué el único riesgo que ve es político: "Los 'empresaurios' se tienen que acostumbrar a dejar de cazar en el zoológico. Eso no existe más" i31t
"Me fui del país en 2002. Para mí, fue una gran decepción. Pensé que la Argentina había cambiado. Fue un terrible paso atrás, una noche larga, larga, larga". Manuel Antelo evoca el mal recuerdo no como pena, sino como introducción. Sonríe. Está entusiasmado.
"Para mí, hoy es un día muy importante", asegura. La tormenta trona y la lluvia atiza el domo montado en el Parque de la Innovación. Pero él, como reza el refrán, pone buena cara. En minutos, encabezará la presentación de productos de GWM, una de las marcas de autos que importa en el mercado local. Pero el empresario -uno de los referentes de la industria automotriz en los '80 y los '90- mira mucho más allá. "Lo veo como una vuelta a mi país. Veo, realmente, una luz enorme", asegura. Lo demuestra con hechos: anunció que, este año, invertirá u$s 60 millones en su negocio automotor y, para la próxima década, desembolsará u$s 200 millones, tanto en esa operación como en logística, real estate y retail. En este último segmento, confirma la apertura de 20 tiendas antes de fin de año de Decathlon, la cadena sa de deportes que traerá al país y que ya opera en el Uruguay y el Paraguay.
"Veo un potencial tremendo. Si me preguntan qué es lo que me pone tan optimista, es que creo que Milei dio en el clavo con el problema del país. No es el déficit fiscal, no es la inflación. Esas son consecuencias. Es la casta. El tipo se dio cuenta de que el problema de la Argentina es la casta. ¿Qué es la casta? Un esquema de poder que nos tiene subyugados, atrapados, privados de toda capacidad de hacer algo", define.
No se percibe hambre de revancha en Antelo. Es otra cosa. Es la ilusión de ser testigo de un cambio de época; de no querer perder un tren que, tal vez, no vuelva a ver pasar de nuevo. Es que compara la Era del León con la Revolución sa. "Supongan cuando, en Francia, se dieron cuenta de que la casta era el Rey. Dijeron: Hay que terminar con esto'. Y lo terminaron. Cambiaron a Francia y a mundo. Pero se dieron cuenta de que no podían seguir viviendo con una monarquía de ese tipo. Acá, es lo mismo. Y la casta no son sólo los políticos: también son la casta sindical y los empresarios, a los que Milei llama empresaurios'. Se dio cuenta de lo que hay que cambiar. De dónde hay que cambiar. Eso es lo que a mí me motiva. Todo lo demás el país lo tiene: gente súper capaz, emprendedores que han sido capaces de hacer cosas con todo esto en contra... Tenemos minerales, recursos naturales de todo tipo. Este país es un país rico. Súper rico, si está bien istrado. Nos vamos a sorprender de lo que vamos a ver", asegura.
"A medida que siga este rumbo, con este Presidente, con el próximo (que ojalá siga siendo él) y con el que lo siga. Si tenemos tres, cuatro, cinco períodos de una línea como esta, no vamos a creer el país que vamos a tener. Esa es mi gran motivación, mi entusiasmo. No sé si vuelvo a vivir. Pero sí vuelvo a invertir. Y fuertemente", develó, en un mano a mano que tuvo con un grupo de periodistas, entre ellos, este cronista. A continuación, el resumen de esa charla.
-¿Cuánto y en qué invertirá?
-Este año, serán u$s 60 millones y no menos de u$s 200 millones en los próximos 10 años. Tengo muchos proyectos: automotriz, logística, real estate y retail. Hice dos shoppings con un modelo especial en el Uruguay. Uno en Canelones y otro en Punta del Este, que se inaugurará el próximo año. Y tenemos toda una línea de marcas de retail que también vienen a la Argentina. No me animo a decir la cantidad de empleo que crearemos. Será mucho, arriba de los 1000 puestos.
-¿En qué se invertirán los u$s 60 millones de este año?
-Principalmente, en las marcas de autos que vamos a traer. Hemos comprado ya 4000 autos. Este lanzamiento de hoy (N.d.R.: Ora 3, Haval H6 híbrido y Haval Jolion Pro híbrido) es una primera marca. Habrá otros, con otras marcas. La expectativa es tomar una participación de mercado con todas marcas que no están presentes hoy en la Argentina. De los que ya tenemos, 3000 autos son de Great Wall y el resto, 500 y 500, de otras dos, que vendrán en agosto, septiembre.
-¿Cuál es el plan en retail?
-Decathlon es una marca súper interesante. Es líder mundial de deportes y lo que tiene de atractivo es que el deporte para todos: tiene de todo y a precios muy competitivos. Es muy masiva. Ya tenemos la marca en el Uruguay, en Paraguay y, ahora, en la Argentina. Ahora, tenemos un plan de abrir muy rápido 20 tiendas, empezando por Buenos Aires. Dos serán antes de fin de año. También queremos traer Kiabi. Es una marca de ropa que es de Decathlon y ya está en Uruguay. No es muy conocida acá, pero es muy importante en Francia. También con tiendas propias. Otra que traeremos es Naterial, la de muebles de jardín del grupo. Esas tres marcas son sas. Tenemos más en cartera. La idea es traer marcas que no están en el país. Todavía no las puedo anticipar. Pero van a venir más.
-¿Y en real estate?
-Hay un gran potencial para hacer algo parecido a lo que hicimos en Uruguay. Viviendo en Europa, me di cuenta de que hay una tendencia a que los shoppings salgan de las ciudades y, en vez de ser como los que estamos acostumbrados, son espacios abiertos, retail parks. En París, Madrid... está lleno. Decathlon tiene locales de 3000 metros cuadrados mínimo. No es fácil meterlos dentro de un shopping. Ikea tiene 20.000 m2. En Uruguay, hicimos este concepto y es un éxito. Está funcionando súper bien. Acá, hay posibilidades de hacer algo similar en muchas ciudades. Inclusive, en los alrededores de Buenos Aires. Son inversiones grandes. En cada uno de los que hice en Uruguay -Canelones y el que abrirá en 2026 en Punta del Este- invertí u$s 50 millones. Es increíble cómo está funcionando el primero. Es lo que nos ha dado entusiasmo para seguir avanzando. El segundo está en plena construcción. Y, la verdad, tengo planes de hacer.
-¿Estas inversiones son a título personal o con varios inversores?
-No. Son a título personal.
-En Uruguay, usted también tiene Nordex, una planta automotriz que produce utilitarios para Ford y Stellantis. ¿Volverá a producir autos también en la Argentina?
-Por ahora, no. Creo mucho en la especialización. Lo que hice en esa planta es encontrar el nicho de producción de vehículos utilitarios. Esa planta está muy especializada en grandes vehículos, que son muy complicados para las automotrices: son de bajo volumen y un tamaño enorme. Se me ocurrió especializarla únicamente en vehículos utilitarios. Acá, en la Argentina, hay que pensar en la especialización. Es difícil competir con marcas que, en una planta, hacen miles de autos por día. Hay que encontrar nichos. En Nordex, encontré uno. Todavía no tenemos ningún nicho acá.
"Si me preguntan qué es lo que me pone tan optimista, es que creo que Milei dio en el clavo con el problema del país. No es el déficit fiscal, no es la inflación. Esas son consecuencias. Es la casta. El tipo se dio cuenta de que el problema de la Argentina es la casta. ¿Qué es la casta? Un esquema de poder que nos tiene subyugados, atrapados, privados de toda capacidad de hacer algo" 1f1z3j
Del desencanto a la ilusión 4n6p22
Para Antelo, hablar de la industria automotriz es hacerlo de su presente y de su futuro. Pero, inevitablemente, también de su pasado. Ex presidente -y dueño- de Ciadea, la licenciataria de Renault en el país, lideró a la marca del rombo en los tiempos en los que fue número uno indiscutida de ventas en el mercado local. Hasta que, casi con el estallido de la crisis de 2001, le vendió sus últimas acciones a la automotriz sa, que desde entonces pasó a tener el control total de sus operaciones en la Argentina.
"No hace falta que explique lo que sucedió: el amigo Duhalde, la pesificación asimétrica, el corralito... Todo lo que yo tenía pensado se desplomó", repasa. "Cuando pasó todo esto, tenía 49 años. Era joven y tenía ganas de seguir haciendo cosas. Dije: Me voy a vivir afuera'. Me fui a España y, después, a Uruguay. Puse toda la cabeza en las cosas que quería hacer en Europa: como siempre, crisis es una oportunidad. Me fue muy bien. Pude hacer lo que había pensado. Pero fue muy triste lo que pasó acá. Las cosas, para mí, fueron muy positivas. Para el país, fue una debacle", narra.
La industria automotriz sirve, también, para hablar del horizonte distinto que ve hoy en el país al que todavía no decidió volver a vivir pero sí invertir. Por caso, con los cupos de importación sin aranceles de autos eléctricos, su gran apuesta actual en el negocio automotor.
"Estoy convencido de que el Gobierno va a ir bajando impuestos. Estoy en contra de devaluar para mejorar competitividad. Eso es malísimo. Lo único que genera es más pobreza. La Argentina tiene que mejorar su competitividad. Y una de las maneras es ir bajando impuestos. No se hace todo a la vez. El Gobierno lo está demostrando todo el tiempo: siempre baja algún impuesto. Y desregular. Es otra cosa básica, que están haciendo", describe.
"Pero también hay que trabajar la productividad. Siempre lo más fácil es pedir que bajen impuestos. Todos tenemos que hacer nuestra parte", agrega sobre una istración a cuya cabeza, Milei, confiesa no conocer personalmente. "Pero sí a (Luis) Caputo", aclara.
-¿Qué está pensando hacer acá en el negocio logístico?
-Tengo una empresa en Europa, que es muy grande. También tengo una empresa acá. Estoy convencido de que hay un gran potencial. Toda esta apertura de mercado hará que la logística se desarrolle enormemente. Sin ir más lejos, las marcas que traemos necesitan logística. Con la apertura de mercado, se van a perder puestos en algunos sectores. Pero se van a crear otros. Una economía más abierta creará puestos nuevos. Es así.
-Mencionó las oportunidades; se expresó entusiasta sobre ellas. ¿Cuáles son los riesgos que ve?
-Si te dijera que en la Argentina no hay riesgos... (se ríe) Los empresarios siempre medimos el riesgo. Y decidimos cuándo hacer y cuándo no hacer. Es un tema básico. Estaría absolutamente loco si te dijera que en la Argentina no hay riesgos. Obviamente. El principal es que esto, el rumbo del Gobierno, dé marcha atrás. Volver a lo anterior. Ruego que no suceda. Espero que no pase. Pero no veo otro riesgo. El riesgo es político, básicamente. No hay otro. La Argentina es un país rico. Y, el día que nos demos cuenta de eso, la gente va a ser súper rica. Va a vivir mil veces mejor. Tenemos todo para hacer. Tenemos que sacarle de encima la opresión de años que nos llevaron a esa debacle. ¿Cómo podemos tener 50% de pobres? Es ilógico.
-Antes dijo que hay que trabajar en competitividad, además de pedir baja de impuestos. ¿En qué se puede trabajar?
-En la productividad, en la eficiencia. Nuestra empresa logística en Europa tiene 6000 empleados. Cuando tenemos aumentos salariales, no los podemos trasladar porque el mercado no los convalida. Cuando te acostumbrás a trabajar en mercados de alta competencia, como son Europa o los Estados Unidos, todos los años, una de las cosas básicas es que los aumentos salariales se absorben con productividad. No se pueden trasladar a precios. Nosotros, después de años y años, estamos acostumbrados a trasladar todo. Eso no puede ser. Tenemos que aprender a trabajar en un sistema diferente, en un mercado diferente. Y los 'empresaurios'... tienen que acostumbrarse a que se acabó lo de cazar en el zoológico. Eso espero yo. Se acabó cazar en el zoológico. No existe más. Andá a cazar a donde están las presas. Tenemos que cambiar la forma de trabajar. No se pueden trasladar los costos directamente. El mercado no te va a dejar. El mercado no puede dejar que pases todos los costos. Lo decían de otra forma: te lo vas a meter en... (se ríe). El mercado no te va a dejar que pases todos los costos. Cualquier costo que te aumenta, subís el precio. Es típico nuestro. Tampoco es culpa de estos 'empresaurios'. Es una metodología. La inflación te ayuda a ser ineficiente. Sabés que el mes que viene vas a aumentar. A la larga, el margen se recupera. La clave es que la gente pueda comprar todos los productos más baratos. Los teléfonos son el mejor ejemplo.
-¿Por qué?
-Si se paga u$s 1000 más caro el teléfono, imaginate el ahorro que sería para todos los argentinos usar esos u$s 1000 para otra cosa. Es descomunal. No nos damos cuenta de eso.
"Los empresarios siempre medimos el riesgo. Y decidimos cuándo hacer y cuándo no hacer. Es un tema básico. Estaría absolutamente loco si te dijera que en la Argentina no hay riesgos. Obviamente. El principal es que esto, el rumbo del Gobierno, dé marcha atrás. Volver a lo anterior. Ruego que no suceda. Espero que no pase. Pero no veo otro riesgo. El riesgo es político, básicamente. No hay otro". 4g5y2u
-Usted comercializa Renault y Nissan en Uruguay. ¿Cómo ve a las dos marcas?
-Las marcas pasan por momentos difíciles. Nissan tuvo muchos problemas de management. Renault tiene un muy buen manager, (Luca) De Meo. Está haciendo las cosas muy bien. Se está recuperando. Nissan es una empresa mundial. De alguna manera, le va a encontrar la vuelta. Pero hay un tema que es un fact: existe un nuevo player, que, en realidad, son muchos nuevos players. China. Si nos vamos hacia atrás, teníamos un mercado que fue dominado durante 100 años por los estadounidenses: Ford, General Motors, que durante mucho tiempo fue la mayor empresa del mundo en capitalización. Después, aparecieron los japoneses y revolucionaron el mundo automotor. En este momento, la gran revolución (y las dificultades que tienen las empresas occidentales) es el surgimiento de China. Es descomunal. Un mercado de 27 millones de autos: la suma de Europa y los Estados Unidos. Y con una capacidad instalada gigantesca. Eso es un fact, real. No hay ninguna duda de que tendrán un porcentaje del mercado mundial. Es inevitable... No digo que los otros vayan a desaparecer. A la larga, ¿qué hace la competencia? Mejora. Todos van a mejorar. La competencia china es una realidad. Hay que convivir con los chinos.
-¿Incluso con las críticas que hay por el lado de la calidad?
-No todas las marcas chinas tienen el mismo nivel de calidad. Lo que sí puedo decir es que me impacta la mejora. Hace no muchos años, muy pocos años, en realidad, China era considerada muy mala. Ahora, eso no existe más. Hicieron un cambio terrible. Hay muchísimas marcas en China y no todas son de ese nivel, sino mucho mejores. Esta (N.d.R.: GWM) es una de las mejores. Lo que podemos decir es que es una de las mejores marcas de calidad que hay en China. Estos modelos que lanzamos salen con precios de u$s 30.000 a u$s 35.500. Terminan siendo más baratos que los autos a combustión, con una tecnología muy superior. es una oportunidad.
-¿Por qué sólo 3000 autos? ¿Fue un cálculo conservador?
-La verdad es que no teníamos tiempo de traer más. Teníamos que hacer crecer la red de concesionarios. Vamos a tener más de 25, con cobertura en todo el país, tanto en venta como en posventa. Los importadores deben tener responsabilidad. Traer vehículos implica tener repuestos, atención... He visto miles de veces a gente que se dedica a importar y, después, se funde. La importancia es el backup que tiene el importador. Además, al tener la marca en tres países, nos permite reaccionar muy rápido. Tenemos otra velocidad. Pero el cupo que puso el Gobierno es por cinco años. Apuntamos a crecer.
-¿Por qué el Gobierno puso un cupo y no abrió más el mercado de híbridos?
-Creo que puso un cupo porque no sabía qué podría suceder. Pero estos vehículos, en materia de arancel, están como por fuera del Mercosur porque son eléctricos. Uruguay bajó los aranceles a cero y no tiene cupo. Y es Mercosur.
-¿Cómo funciona el mercado allá?
-Hay un boom de electrificados. Un chico joven al que le gusta hacer surf, le costaba 100 ir a Punta del Este. Ahora, le cuesta 10. Lo acabo de verificar recién acá: es el 10% del costo, de electricidad versus combustible. Lo único que tenés que acordarte es de enchufarlo en tu casa a la noche, como al teléfono. Este auto que presentamos ahora tiene 300 kilómetros de autonomía. ¿Quién hace 300 kilómetros en un día? ¿A dónde te tenés que ir? Imposible. No hay manera. Son 80 los kilómetros que hacés por día. Te sobra. Y te gastaste el 10%. ¡No entrás más a una estación de servicio! Nunca más. Cuando la gente se dé cuenta, olvidate. Eso es lo que pasa en Uruguay. Es una explosión.
-Pero, acá, si quiere hacer surf en Mar del Plata son más de 300 kilómetros.
-Por eso, la llegada del producto también traerá infraestructura de carga. Nosotros tenemos E-One. Es una empresa que está operativa en Uruguay, con 40 lugares de carga rápida. Somos la única. Tenemos 180 cargadores.
-Antes hablaba del impacto en la industria automotriz global que es China. ¿Cómo se tienen que adaptar las automotrices argentinas a ese escenario?
-Son compañías multinacionales. tienen know-how, buen management. Creo que lo que tienen que hacer es especializar. No conozco cómo están las plantas hoy. Pero, si me preguntan rápido, me imaginaría que la Argentina es un país que tiene buen potencial para fabricar pick-ups. Si tuviera que decir qué es pick-ups: se venden muchas acá y muchas en Brasil. Si especializás la planta, la línea, los proveedores... Algo tendrán que hacer. Pick-ups es un mercado gigantesco en que debería especializarse la Argentina. No pienso que la industria vaya a desaparecer ni mucho menos. Tampoco, que haya que bajar todos los aranceles a cero. Sí que el 35% de arancel del Mercosur es muy alto. Pero habrá que darle un tiempo a la industria para que se adapte.
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